
Los ataques del enemigo hacia los creyentes, del presente y de todos los tiempos, es con el propósito de intimidar e impedirles la victoria en sus vidas.
David es un ejemplo de como batalló contra el oso y el león cuando se encontraba en el cuidado de las ovejas de su padre Isaí. Todo esto era una preparación para enfrentarse contra el gigante Goliat. Porque Dios nunca mandará a sus hijos a la batalla sin preparación.
Dios quiere prepararte y él desea que tú confíes en él en toda etapa de tu vida.
Veremos como el león rugiente tiene la figura, en la guerra espiritual, del diablo.


