
En una breve pero sustancial carta, Juan el Apóstol del amor, transmite una profunda motivación a Gayo para que continúe en el proceso que el Espíritu Santo empezó en su vida desde el momento en que entregó su corazón a Jesucristo como su Señor y Salvador personal.
Por medio de la Tercera epístola del Apostol Juan veremos el perfil de Gayo, como un hombre de fe, pero también un creyente amoroso que debería ser advertido de las actitudes de ciertos individuos que quieren tomar el primado en toda congregación, personales de las cuales también tenemos que tener cuidado y así evitar complicaciones espirituales por las cuales no deberíamos atravesar. En el tercer perfil veremos de quien se trata.


